Eché un último vistazo a las
encabritadas olas que seguían estrellándose contra las rocas librando
una desigual batalla. Seguía sin ver nada. Cuando me disponía a marcharme, en
el brevísimo tiempo que transcurría entre
una ola y la siguiente, me pareció escuchar una voz.
Me detuve y
presté más atención. La segunda vez lo oí con más claridad y miré hacia abajo
desde mi posición.
A mi izquierda, grupos de rocas se
apiñaban formando una pequeña pendiente y,
entre ellas, se distinguía a una
persona aparentemente bien vestida, sentada, con la ropa completamente
empapada, con las piernas flexionadas, abrazado a ellas y con la cabeza
escondida entre sus brazos.
-
¿se
encuentra bien?,… ¿necesita ayuda?,… ¿quiere que avise a emergencias?
Grité para elevar mi tono de voz por
encima del ruido de las olas pero, nada me indicó que me hubiese escuchado. Se
movía con un tempo constante, como un tentetieso y repetía como si fuera un
mantra
-
No
he sido capaz
-
No
he sido capaz
De perdidos al río, pensé. Si he
venido hasta aquí no me voy a marchar sin saber lo que ocurre.
Haciendo gala de una agilidad
olvidada hace años, inicié mi descenso hasta la posición del misterioso
“bañista”, intentando no partirme la crisma si resbalaba.
Cuando me encontraba a un par de
metros de él, volví a repetir la pregunta
-
¿se
encuentra bien?
Pareció salir de su ensimismamiento y me miró con ojos ausentes. Su aterida cara reflejaba desesperación. Temblaba,
no se muy bien si por su estado, o por el frío que podía sentir al estar
totalmente empapado.
Su respuesta fue contundente
-
¡No
se acerque!
-
Solo
quiero ayudarle – le contesté
-
¡Le
repito que no se acerque!
Yo, en mi papel de Capitán América,
defendiendo causas perdidas, me aproximé hasta su posición y automáticamente se
puso en pie.
Me miró otra vez sin pronunciar
palabra y, por la intensidad de esa mirada, supe lo que iba a hacer.
Tomó impulso y se lanzó hacia el
agua.
No pude hacer nada. Miré al punto
donde se había lanzado y no fui capaz de encontrarlo. Al cabo de unos segundos
vi como braceaba, intentando mantenerse a flote, pero sabía que era imposible.
Con olas de tres y cuatro metros, estás a merced del capricho de Neptuno, y
Neptuno esa noche estaba cabreado. Se elevó como si fuera un barquito de papel hasta
la cresta y la acompañó hasta que fue lanzado contra las rocas a escasos metros de mi posición. Pude escuchar el ruido
de su cráneo al fracturarse. Instantes después, otra ola lo arrastró de nuevo
hacia las profundidades, como si quisiesen recuperar su trofeo.
Conmocionado por lo que acababa de
presenciar, llamé al 112 intentando
explicar lo que había ocurrido.
La policía no tardó en presentarse,
a continuación fueron llegando una ambulancia y salvamento marítimo.
Expliqué varias veces lo ocurrido,
tomaron nota de todos mis datos y me
permitieron marcharme, horas más tarde, no sin advertirme que se pondrían en
contacto conmigo.
Eran las 4,30 de la madrugada cuando
volví a cruzar el umbral de la puerta de mi casa. Sentía frío, algo normal en
el mes de diciembre, pensé, además me había mojado durante la breve conversación
con el desaparecido, así que decidí encender la chimenea de la sala para
recuperar algo de calor. Tenía claro que
esa noche ya no iba a poder dormir.
Cuando los troncos empezaron a
arder, me cambié de ropa, me serví un Laphroaig y me senté en el orejero que
había junto a la chimenea.
Mientras daba pequeños sorbos al malta y empezaba a notar sus efectos, no podía quitar de mi mente la imagen de la cara del suicida, ni el sonido
que produjo su cráneo al romperse. Tenía la sensación de haber visto antes a
esa persona, pero era incapaz de recordar donde.
Continuará
Clochard
Quiero agradeceros vuestra presencia, vuestras palabras y pediros disculpas por los retrasos. Intentare mejorar.
ResponderEliminarFelices fiestas a tod@s
ufffff!!!!!
ResponderEliminarSinceramente....¡Genial! Te aseguro que esperaba otra continuación, no sé, la mujer por ejemplo, pero me sorprendiste y mucho con esta segunda parte, que desde luego da para pensar y al ir imaginando la escena hace que recorra un escalofrío al leerla.
Me gustó... Espero la continuación!!!!
Saludos!!!
¡Aquí se respira el miedo! Sin duda va a ser un relato escalofriante, y digo va a ser, porque todavía nos esperan sorpresas y más escalofríos... ¿verdad?
ResponderEliminarMuy bueno, como todos los tuyos.
Gracias Javi, a ti también te deseo lo mismo.
Besos.
¡Brrrr! Terror y entumecimiento de cuerpo y alma.
ResponderEliminarVolveré a leerlo, esta vez con una pizca benevolente, por si suicida vs 'socorrista' tan solo son una jugarreta onírica al punto de despertar.
Me temo requeriré igualmente los servicios del 112.
[la foto real, imponente. El relato, impecable]
Besos abrazos 'a brazos'
Impresionante esta historia, sigue manteniendo la fuerza y la capacidad de dejarte enganchado esperando una nueva historia. Espero con ganas la nueva historia
ResponderEliminarBueno, que te voy a decir, si es que todos los elogios, y con motivo.
ResponderEliminarEl relato, es cierto engancha y mucho, queda esa sensación de querer seguir leyendo. Te confieso que me sorprendió que el suicida fuera un hombre, no sé decirte el motivo pero pensé que iba a ser una mujer.
Y la fotografía pues hijo, tratándose de donde es, que más se puede pedir.
Todo un lujazo leerte
Un abrazo
Para evitar confusiones, quiero comentaros que no me llamo Javi. Lore se equivocó. Pero, de cualquier forma, agradezco sus palabras, igual que a tod@s los que habeis dejado vuestra huella.
ResponderEliminarUn abrazo
Clochard
Hola¡¡¡
ResponderEliminarTengo un severo problema con tu blog, no puedo hacerme seguidora, o me volví invisible, que también es una posibilidad, porque no me veo en la cuadricula¡¡¡
Estos señores de blogger me gasta bromas imperdonables, como imperdonable es que no te comentase antes¡¡¡
Para ser sincera no se por donde van los tiros de la historia, me explico: NO SE COMO VA A ACABAR ¡¡¡
-Claro que tonta, como todos, ¿verdad?-
Besos
pd/ Te voy a pedir un favor, dime si tu me ves en el recuadro de seguidores o si soy una paloma fantasma
Mas besos¡¡¡
Pues no, sintiéndolo mucho, no te veo
EliminarEs raro. Yo no tengo ni idea de la posible causa, pero no te preocupes.
Sobre la historia, tiros lo que se dice tiros creo que no habrá. Al menos en esta.
Besos para ti tambien
Deseo que el nuevo año que va a comenzar logres tus objetivos, se hagan realidad tus deseos y seas feliz cada día del año 2013.
ResponderEliminarFeliz año nuevo.
Un beso.